Esta obra unipersonal es protagonizada por Diego Carreño, que nos presenta a E., un hombre que ha pasado 24 años intentando finalizar su tesis de filología en la casa familiar ubicada en la cima de un cerro. Inspirada en una idea de William Burroughs de 1966, E. trata de demostrar que el lenguaje es un virus. A lo largo de la obra, utiliza metáforas, aforismos, paradojas y errores para avanzar en su tesis, la cual se ha convertido en el eje de su vida.
Además de la investigación sobre el lenguaje, la obra aborda temas como la soledad, las relaciones familiares y la decepción, que añaden profundidad a la trama y humanizan al protagonista. Diego Carreño ofrece una actuación destacada, interpretando varios cuadros que combinan drama y humor, manteniendo al público entretenido.
El guion está enriquecido con palabras extravagantes que subrayan la belleza y la riqueza de nuestro léxico, mostrando cómo el lenguaje puede ser tanto una herramienta poderosa como un reflejo de la sociedad y sus constantes cambios. La obra también explora la adaptación de la sociedad a nuevas formas de «desconstrucción social», lo que la hace relevante y contemporánea.
El teatro se llena con esta obra, y Diego Carreño es fantástico de comienzo a fin, llevando al público a través de una historia atrapante. Su interpretación es fundamental para darle vida a esta obra unipersonal, y fue muy ovacionado por el público.
En resumen, «La lengua es un músculo, pero el lenguaje es un virus» es una obra que mezcla entretenimiento y profundidad, invitando a reflexionar sobre el papel del lenguaje en nuestras vidas y en la sociedad.